La inmunoterapia puede detener o retrasar el crecimiento de células cancerosas; impedir que estas se ramifiquen a otras partes del cuerpo y; ayudar al sistema inmunitario para que evite la recaída y la Enfermedad Mínima Residual (EMR).
Según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS) el cáncer fluctúa entre primera a segunda causa de muerte en distintas regiones del mundo, sin embargo la tasa de supervivencia a esta enfermedad se ha duplicado en los últimos cuarenta años. En Latinoamérica, durante 2018 se registraron 18,1 millones de nuevos casos de cáncer y 9,6 millones de personas murieron a causa de la enfermedad.
Los cánceres de pulmón, hígado, estomago, colón y de mama son los que anualmente tienen más víctimas. En Chile, el cáncer es la segunda causa de muerte tras las enfermedades cardiovasculares, sin embargo se posiciona como el principal motivo en cinco regiones. La proyección del Ministerio de Salud es que en 2022 será la primera causa a nivel nacional.
Para los expertos, este escenario genera urgente necesidad de diagnosticar a tiempo con objeto de ofrecer tratamientos oportunos y adecuados a cada caso, además de desarrollar nuevas alternativas terapéuticas en busca de mayor efectividad. Por largos años los métodos más comunes de tratamiento contra esta enfermedad han sido la cirugía, quimio y radioterapia.
Sin embargo, en el último tiempo han surgido nuevos tratamientos para combatir las enfermedades oncológicas, como es el caso de la inmunoterapia. Este tipo de tratamiento estimula las defensas naturales del organismo con el fin de combatir la enfermedad, utilizando sustancias producidas por el cuerpo o desarrolladas en laboratorio para mejorar o restaurar la función del sistema inmunitario.
De este modo, la inmunoterapia puede detener o retrasar el crecimiento de células cancerosas; impedir que estas se ramifiquen a otras partes del cuerpo y; ayudar al sistema inmunitario para que evite la recaída y la Enfermedad Mínima Residual (EMR).
Desde ONCOCIT-USA, consorcio norteamericano de Ciudad Médica de Lake Nona, especializado en investigación y desarrollo de protocolos biotecnológicos para cáncer, han generado diversas alianzas internacionales para facilitar la inmunoterapia adoptiva a domicilio en los principales países de Iberoamérica y para ello, realizaron una alianza con médicos chilenos, especialistas en biotecnología molecular, del Centro Clínico Recell (con casa matriz en Concepción y centros franquiciados en Costa Rica, Panamá y España).
De esta forma es que crearon un modelo único de gestión clínica ambulatoria internacional para pacientes con cáncer, lo que ha permitido atenderlos con protocolos personalizados y alto nivel de eficacia.
Este tipo de inmunoterapia consiste en una terapia biológica que se hace a partir de células y moléculas. Para desarrollarla se elabora un reintegro desde la sangre y tumor del propio paciente (desde una biopsia o muestra de una cirugía) por lo que es una especie de vacuna 100% personalizada.
“El principal efecto que tiene es quitar la venda que produce el cáncer a los glóbulos blancos y así despertar la inmunidad del paciente, lo cual es esencial pues no hay mejor escenario que tratar el cáncer en un paciente con buen estado inmunológico”, señaló Dr. Ramón Gutiérrez, médico patólogo, máster en Oncología Molecular y Clínica, CEO para Latinoamérica de Oncocit-USA.
“Si esto no ocurre, muchos esfuerzos desde la cirugía, radio y quimioterapia, quedarán cortos porque el paciente tiene un terreno inadecuado, pro-cáncer”, agregó.
Este tipo de tratamiento representa un gran beneficio para los pacientes de cáncer en dos segmentos muy específicos: aquellos que buscan tratamiento para evitar recaídas por la enfermedad mínima residual que posee cada paciente y que muy pocas veces es abordada, y un importante segundo grupo para pacientes que no tuvieron resultados satisfactorios con cirugía, quimio y/o radioterapia.
De este modo, la inmunoterapia es una nueva opción en su propósito de aumentar su sobrevida general o mejorar su calidad de vida reduciendo complicaciones y reacciones adversas a otros tratamientos, a partir de remisiones parciales o un estado de “enfermedad controlada”.
El hecho de que ONCOCYT-USA y su alianza con ReCell, permita que pacientes de países latinoamericanos puedan recibir un programa de inmunoterapia adoptiva avanzado y de última línea, personalizado y a un costo hasta 80% menor que lo que se requería hace algunos años, representa un avance incuestionable y significativo, dejando a un lado antiguos conceptos de que la inmunoterapia es “solo de investigación”, “de resultados desconocidos” o que “aún no está disponible para pacientes”; cada vez más pacientes inician su recuperación de la mano de inmunoterapia personalizada para su cáncer.