Las vidas de miles de personas que el cáncer colorrectal cobra al año a nivel mundial pueden reducirse notablemente con detección temprana e inmunoterapia, aseguró a Efe el médico patólogo y oncólogo molecular, Ramón Gutiérrez.
«Los avanzados tratamientos de inmunoterapias pueden brindar una mayor calidad de vida a los pacientes y potenciar en hasta un 40 por ciento los resultados de los tratamientos tradicionales», señaló el doctor Gutiérrez, quien también es director ejecutivo del centro médico Biogénica-Recell.El profesional explicó que usualmente los pacientes reciben tratamiento de quimioterapia tras una cirugía de extirpación, a veces acompañado de radioterapia, luego de lo cual es muy importante que el paciente agregue lo antes posible un tratamiento de inmunoterapia de células dendríticas de alta eficiencia, consultando al especialista adecuado en oncología molecular e inmuno-oncología.En este sentido, el doctor Gutiérrez destacó que en pacientes suyos de «adenocarcinoma de colon y melanoma, entre otros, en casos con expectativas de sobrevida inicial de cuatro meses aproximadamente, han superado los dos años, con adecuada calidad de vida».
Del mismo modo, pacientes sin proposición de ningún tratamiento y solo con posibilidad de cuidados paliativos, han decidido iniciar inmunoterapia y reducir así cerca de un 40 % la actividad metabólica tumoral evaluada con Tomografía por Emisión de Positrones (PET, por sus siglas en inglés) a los 60 días de terminada la inmunoterapia, precisó.
En Chile, datos entregados por el Ministerio de Salud, indican que el cáncer colorrectal es la tercera causa de muerte para mujeres y la cuarta en hombres, muriendo diariamente cinco personas por su causa, mientras que a nivel mundial esta enfermedad se cobra la vida de 700.000 personas anualmente, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
De hecho, las estadísticas muestran que en la última década los fallecimientos por este tipo de cáncer aumentaron en un 116 % y se estima que para el año 2020 aumente en otro 50 %.
Y es que el cáncer colorrectal es característico de países desarrollados.
Por ejemplo, en Estados Unidos se espera que este año hayan unas 50 muertes a causa de esta enfermedad, según estadísticas de American Cancer Society.
Los países desarrollados tienen tasas de 20 casos cada cien mil habitantes y Chile está cerca de los 10 casos en la misma cantidad de habitantes por estar aún en vías de desarrollo.
Las posibles razones
El doctor Gutiérrez explicó a Efe que las razones por las que se puede producir este tipo de cáncer son variadas y existen algunos factores que pueden incrementar las posibilidades tales como la edad, alimentación, genética y estilo de vida.
Por ello, los médicos recalcan la importancia de practicar exámenes preventivos, capaces de detectar la enfermedad en etapa temprana, mediante campañas preventivas específicas de algunos centros, durante un mes, para distintos tipos de cáncer a lo largo del año .
Una vez detectado el cáncer, las opciones de tratamiento varían dependiendo de la etapa del tumor, cuánto se ha diseminado, a qué profundidad se encuentra en la pared intestinal u otros tejidos y en qué ubicación se encuentra (colon o recto).
Según el profesional, el centro de Biogénica-Recell, que se levanta en la ciudad de Concepción, 515 kilómetros al sur de la capital chilena, es uno de los primeros centros de oncología del país que ha logrado desarrollar tratamientos biológicos contra el cáncer.
Se trata de protocolos personalizados que combaten o eliminan células cancerosas, incluso previniendo su reaparición tras el tratamiento, ya que crean memoria inmunológica por años.
«Estas aplicaciones se desarrollan a partir de células extraídas del propio tumor, ocupadas en laboratorio para reprogramar células obtenidas de la sangre del paciente, llamadas células dendríticas, para luego reintroducir al cuerpo del paciente», explicó el doctor José Carlos Castillo, director de ReCell.
Castillo agregó que los expertos indican, y su trayectoria confirma «que lo interesante de esto es que el tratamiento, especialmente el protocolo de tercera generación, ha demostrado ser seguro, no invasivo para el paciente y tampoco tiene efectos adversos ni tóxicos relevantes».
Al contrario, es una alternativa de tratamiento, en combinación con quimio y/o radioterapia, e incluso con otros mecanismos de inmunoterapia tales como anticuerpos o inhibidores de puntos de control, que «brinda mayor calidad de vida al enfermo, aumentando incluso en un 325 % su sobrevida», precisó.